Es una frase empleada para referirse a un software que no cumple con las expectativas del cliente, además de que excede los tiempos y el presupuesto establecidos. Todo lo anterior a consecuencia de una falta de análisis y manejo de riesgo.

¿Qué se puede hacer para evitar que pase? Tomar en cuenta las fases de análisis y diseño de software, construir modelos, usar herramientas de modelación como la UML.
La crisis del software no es una inquietud de hoy sino que siempre ha estado presente como un posible problema a la hora de realizar programas.
Hubo una época (comprendida entre 1965 y 1970) en la cual fue demasiado complicado crear programas informáticos, ya que su desarrollo era inalcanzable. Había ineficiencia, errores y costos impredecibles. Todo esto debido a que no había métodos de diseño y la suficiente tecnología.
A partir de 1970 las cosas fueron mejorando. Emergió una innovación conceptual a partir de la cual fueron floreciendo distintas soluciones, como verificaciones y metodologías de diseño.

Ha habido varios sucesos en el que el software ha estado inmerso. Muchos piensan que el tener un software defectuoso es una cosa de poca importancia, sin embargo a través de la historia ha habido accidentes en los cuales se ha cobrado vidas. De ahí la importancia de hacer un software correctamente.
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